domingo, 23 de enero de 2011




Carta del Rector de la Universidad al Director General de Instrucción Pública, informándole de la necesidad de demoler el Arco de Valencia y las casas que se encontraban delante de la fachada principal de la Universidad.
“Zaragoza, 1863, noviembre, 14
Esta junta tenía hace tiempo acordado la construcción de un verjado, que al par que alege del Establecimiento a los vendedores y brazeros que de muy antiguo se sitúan en la plaza de la Magdalena interrumpiendo con sus ruidos el silencio que debe reinar en las clases; proporcione a estas y ó las piezas de la Rectoral y Secretaria, la claridad necesaria que hoy obstruyen de una manera remarcable las citadas casas, cuyo feísimo aspecto es por otra parte a todas luces intolerable. Prescindiendo pues de la cuestión de orizato, decoro y de la seguridad del edificio, sobre la que conviene advertir que por no tener rejas ni alhambreras las ventanas de las Catedras están hoy inseguras, y que ya no se ponen cristales por los muchos que se rompen, prescindiendo de estas ventajas que ciertamente no son de desatender tratándose del primer Establecimiento literario de Aragón, la Junta ha creido y no cree sólo útil, sino indispensable para el saneamiento de la Universidad el derribo de las citadas casas y la construcción del verjado que se diseña en el adjunto plano, formado por mandato de la misma por el Arquitecto Director de las Obras de este Establecimiento literario, según el que hay precisión de tomar como una tercera parte del solar que hoy ocupan dichas casas.
El claustro universitario ansía ver llegado el momento de la desaparición de la indecente, ruinosa e intolerable pantalla que tiene a los ocho pies de su entrada principal con inminente riesgo de las vidas de los alumnos y profesores y con menoscabo de la enseñanza y con gran mengua del público ornato y de la cultura del siglo.”

Archivo General Universitario




Como se ha podido leer es el Claustro de la Universidad de Zaragoza la que pide que se derribe la Puerta de Valencia y las casas anexas. Resulta curioso comprobar como a esta ciudad le gusta eso de derribar edificios y maltratar el patrimonio. Serán pocos años mas tarde, en 1892, cuando se produce el derribo de la Torre Nueva , siguiendo un proceso de derribos apelando a criterios urbanisticos al ensanchar calles o simplemente en nombre de la especulación. En este mismo espacio de la plaza de la Magdalena en los años setenta se derriba sin explicación clara el edificio de la primitiva Universidad. Se apela a su vejez, pero en realidad el motivo no es otro que ensanchar el Coso en su parte final. Este derribo supuso la desaparición de la Biblioteca renacentista y la fachada historicista de Ricardo Magdalena. Realmente Zaragoza se ha ganado a pulso su carácter “taliban”.
En las fotografías se pueden ver la fachada y el interior de la antigua Universidad, asi como parte del edificio que ocupaba parte del Cosos Bajo.

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